Yo hubiese reaccionado de otra manera

Hay cosas que simplemente no terminan de hacer clic en mi cabeza. A diario vemos o escuchamos noticias sobre desaparecidos, abusos, violencia, asesinatos e incluso suicidios por infinitos motivos que al día de hoy, si revisamos a profundidad cada caso, el cerebro queda ¿? El tema aquí es ese, vemos esas historias a lo lejos... “Uy terrible...” “Muy difícil...” “Yo hubiese reaccionado de otra manera...”

Yo hubiese reaccionado de otra manera...

Siempre que escucho el “yo hubiese reaccionado de otra manera” me hierve la sangre. Ninguno de nosotros (y hablo por las personas que no han vivido de cerca abusos, violencia, familiares o amigos desaparecidos) sabemos realmente qué es “reaccionar de otra manera”. Y mucho menos sabremos lo que es ser victima directa de esto. Dejemos ese discurso absurdo de creer que tenemos la verdad revelada; de que tenemos la autoridad moral para juzgar porque no, no sabemos, ni tenemos el poder de nada, salvo de nosotros mismos.

La humildad nos lleva a reconocer y aceptar el dolor del otro; a acompañar y apoyar su proceso de sanación; a hacerle saber que ahí estamos. Presentes y latentes. Ese es el camino más complejo para nosotros; vernos en el espejo y tener la certeza de que estamos (o no) edificando cosas buenas en el otro. Sin pretensiones.